Iran

La Biblia está llena de historias que nos recuerdan que, sea cual sea la oposición, Dios siempre es victorioso.

La historia de José ante la esposa de Potifar, la de Moisés ante el faraón, la de Daniel ante los leones, la de Ester ante el Rey Asuero, la de Pedro y Juan ante el concilio. De manera suprema, la historia del Señor Jesús, quien fue crucificado y resucitó para nuestra salvación.

También está la historia de la iglesia iraní a través del tiempo de mi vida. Cuando era niño, la persecución amenazaba con exterminarla. Pero, al contrario, la iglesia en Irán se ha convertido en la iglesia evangélica de más rápido crecimiento en el mundo actual, y está influenciando a esa región para Cristo.

En la Escritura es claro que Dios a menudo usa el sufrimiento de su pueblo para la expansión de su reino. Él previó, que las estrategias del régimen Islámico para desaparecer la iglesia de habla Iraní resulte en efectos no deseados y como consecuencia el crecimiento de la iglesia. Aquí tenemos cinco ejemplos:

1. La prohibición de la Biblia fue contraproducente.

Además de la prohibición de la reproducción de Biblias en el idioma Persa, cerrando Sociedades Bíblicas y quemando Biblias, los oficiales del gobierno iraní advirtieron a los ciudadanos en contra de la lectura de la Biblia. Aparentemente, esta advertencia causó que muchos iraníes, quienes estaban desilusionados con el gobierno, comenzaran a vehementemente obtener una copia de la Biblia. Y muchos pusieran su fe en Cristo después de encontrar y leer una.

Unos pocos años atrás, un oficial del gobierno sacó uno de los Nuevos Testamentos impresos por nuestro ministerio (Elam) en televisión nacional y advirtió a la población que evite contacto con este material. Como resultado obtuvimos un aumento en la demanda de Nuevos Testamentos. Muchas de las personas que recibieron un Nuevo Testamento en nuestras salidas evangelísticas nos dijeron que estaban buscando obtener una copia. Algunos inclusive dijeron que habían buscado por años.

2. El cierre de lugares donde la iglesia se congregaba fue contraproducente.

El cierre de iglesias por el gobierno iraní en los años pasados ha forzado a cristianos con un trasfondo musulmán a reunirse a escondidas en casas que funcionan como iglesias. Estas crecen y se multiplican al tener amigos y familiares que entregan sus vidas a Cristo. Aunque existen agentes de seguridad del gobierno que trabajan muy duro para descubrir estas iglesias en casas, ha sido imposible descubrirlas a todas ya que existen muchas, y nuevas son formadas constantemente.

3. La censura y bloqueo de sitios en Internet fue contraproducente.

Sitios en Internet cristianos y los canales de televisión son bloqueados en Irán rutinariamente. Esta censura crea en las personas un sentido de curiosidad acerca de aquello que el gobierno no quiere que ellas sepan. A pesar de las medidas de censura, los sitios de Internet bloqueados pueden ser accedidos a través de VPNs y los programas de TV a través de la televisión satelital.

Conozco por lo menos 30 nuevas iglesias en casas que fueron plantadas a través de televisión satelital y que han desarrollado un ministerio de seguimiento solo en el año pasado.

4. La muerte de líderes fue contraproducente.

Desde 1980 ocho pastores han sido matados en Irán por causa de sus ministerios. Su profundo amor por Cristo, y su disposición para sufrir por Él, ha hecho que estos líderes sean ejemplo a seguir para el resto de la Iglesia. Sus muertes son relatos muy conocidos entre los cristianos iraníes, y muchos de ellos desean imitar el profundo amor y valentía por Cristo.

Gracias al ejemplo de sus líderes, muchos creyentes iraníes están dispuestos a incrementar los riesgos para compartir el evangelio.

5. El encarcelamiento de cristianos fue contraproducente.

La persecución tiene como objetivo desplegar miedo y paralizar a la Iglesia. Sin embargo, el ver a cristianos dispuestos a sufrir a menudo atrae a no cristianos a acercarse a Cristo. Ellos preguntan, ¿Quién es este Jesús por el que las personas están dispuestas a sufrir?

Un hombre recientemente bautizado inició su historia con Cristo cuando escuchó en las noticias que cristianos iraníes habían sido arrestados por su fe. Su disposición para ir a prisión por lo que creían lo hizo tener curiosidad, así que buscó en el Internet “cristianismo”. El Señor usó una búsqueda en Internet para eventualmente llevar a este hombre a rendir su vida a Jesús, nuestro Rey.

Un camino duro, Cristo soberano

Glorificamos a Dios por cómo Él ha alcanzado sus propósitos soberanos en Irán. Todavía existe una persecución que es profundamente dolorosa. Muchas personas han muerto; casas, negocios, y herencias robadas; familias divididas. Algunos llevarán por toda la vida cicatrices emocionales y físicas provocadas por el sufrimiento.

Pero no daremos marcha atrás. Como el apóstol Pablo declara: “Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza. Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado” (Rom. 5:3-5).

El sufrimiento no ha destruido la Iglesia en Irán. Más bien, el sufrimiento ha profundizado su dependencia en Dios, la cual nos ha llevado a crecer en paciencia, carácter, y esperanza.

Unos años atrás un interrogador admitió ante un pastor en prisión: “Sabemos que no podemos detener a la Iglesia. Solo podemos intentar que pierda velocidad”. Dos mil años atrás, el Rey Jesús prometió construir su Iglesia (Mat. 16:18). Eso está haciendo hoy en Irán. Nada puede hacerle frente. Con una humilde confianza continuamos avanzando con el trabajo que tenemos que hacer.

Por favor sigue orando por tus hermanos y hermanas en Irán. Ora para que la apertura del evangelio entre las personas iraníes continúe. Ora por una fe genuina entre aquellos que profesan ser cristianos. Ora por perseverancia y para que se establezcan iglesias fieles.

Nunca antes hemos tenido tal oportunidad para ministrar entre personas iraníes. 

Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Fanny Stewart-Castro.