“Una Reflexión junto al Mar”
Caleb, hombre de servicio constante.

Una fe inmutable, un servicio constante es algo no cambiante, como nuestro Padre Abba jamás cambia.
En el pasado hubo siervos de fe inmutable de servicio constante, entonces tenemos que hablar de Caleb que recibió su parte prometido de Hebrón por Moisés después de 45 años.
Como una lectura es un deleite al alma, leamos (Josué 14:6-15): 14:6 Y los hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal; y Caleb, hijo de Jefone cenezeo, le dijo: Tú sabes lo que Jehová dijo a Moisés, varón de Dios, en Cades-barnea, tocante a mí y a ti.
14:7 Yo era de edad de cuarenta años cuando Moisés siervo de Jehová me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra; y yo le traje noticias como lo sentía en mi corazón.
14:8 Y mis hermanos, los que habían subido conmigo, hicieron desfallecer el corazón del pueblo; pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios.
14:9 Entonces Moisés juró diciendo: Ciertamente la tierra que holló tu pie será para ti, y para tus hijos en herencia perpetua, por cuanto cumpliste siguiendo a Jehová mi Dios.
14:10 Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años.
14:11 Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar.
14:12 Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho.
14:13 Josué entonces le bendijo, y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredad.
14:14 Por tanto, Hebrón vino a ser heredad de Caleb hijo de Jefone cenezeo, hasta hoy, por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel.
14:15 Mas el nombre de Hebrón fue antes Quiriat-arba; porque Arba fue un hombre grande entre los anaceos. Y la tierra descansó de la guerra.

Caleb vino a entrevistar al nuevo guía designado en Gigal anhelando la tierra de muchos tiempos atrás. El planteó que tenía unos 40 años cuando Moisés lo envió a Cadesbarnea a reconocer la tierra que mana leche y miel. En sinceridad completa de corazón le trajo un informa valido al caudillo antiguo Moisés, de acorde a lo que su corazón dictaba a pesar del gran desvio petrayo malévolo de sus hermanos. En respuesta como bálsamo de bendición moisés le responde las palabras del versículo 9 que la tierra que sus pies pisaron será de él y de su generación porque siguió los caminos del Padre Abba.
Jehová, como Dios fiel y verdadero, cumple la promesa que viviría para escoger su tierra prometida, tal es así que el propio Caleb después de unos 45 años, pero ahora con 85 años es tan fuerte como cuando tenía 40 años. Podía ir hasta la guerra, para entrar.
Caleb le pide a Josué el permiso para tomar posesión de lo suyo confiando plenamente que Jehová se la dará sacando al anaceo que vivía allí. Josué oyendo el dictamen, lo bendijo y le dio la tierra de Hebrón a Caleb. Como resultado, esa tierra vino a ser su heredad descansando de la guerra. Todo fue también porque había seguido al Dios verdadero (el camino de la justicia eterna).