Sueño, Noche después del terremoto de Iquique y profecía del Señor. 

La noche siguiente después del terremoto de Iquique, soñé que estaba en la costanera de Antofagasta, justo en la calle Santiago Humberstone con Edmundo Perez Zujovic, yo estaba a la orilla de la calle y ese tanto llegan en auto un hermano con una hermana de nuestra iglesia y se estacionan al costado, se bajan del auto y se dirigen a la orilla del mar y repentinamente el mar comenzó a subir el nivel del agua, y yo les decía a mis hermanos que salieran de ahí pero como fue tan repentino que ellos quedaron debajo del agua, en ese tanto yo también quedé debajo del agua junto con mi hijo de 7 años, lo tomaba y empezábamos a tratar de salir a flote pero era una distancia muy larga, yo contenía la respiración pero mi hijo no pudo, cuando logramos salir a la superficie mi hijo ya iba inconsciente, lo coloco en una plataforma que era un paso nivel para peatones y le empiezo a dar respiración boca a boca, yo sabía que él estaba vivo, después miro a la distancia y veo que el nivel del agua había subido a lo menos unos 10 metros hasta la mitad de la cuadra subiendo a Santiago Humberstone desde Perez zujovic. Lo que yo veía es que el mar mantenía hasta ese nivel. Después desperté del sueño bastante preocupado. 

También quiero contarles algo mas, con mi esposa y mis dos hijos teníamos pasajes en avión al sur el día del terremoto, pero en una confusión yo pensé que era para el día dos, en la noche cuando fui a hacer el check in me percaté que era para el día primero, bueno en definitivas cuentas nos tuvimos que ir en bus como dos días después, llegamos al sur y teníamos muchas invitaciones de hermanos amigos en el sur para que fuéramos a sus iglesias, tratamos de ir casi a todos en los 14 días que estuvimos por allá, casi el ultimo día fuimos a ver a una hermana que conozco desde hace mucho tiempo, incluso desde antes que conociera al Señor, ella tiene un ministerio de sanación, nos invito a tomar once, y entre muchas conversaciones relacionadas con El Señor yo le conté un sueño que yo había tenido hacía como un mes antes del terremoto de Iquique, que también lo conté acá y lo publicaron (terremoto grado 10,8° Antofagasta), yo le dije hermana, ¿este sueño es de Dios o no? y ella se quedó pensando y me dijo, SI HERMANO, ES DE DIOS, después pasamos adentro de su casa y después de otro rato nos dijo hermanos leamos la palabra y después los voy a ungir, bueno después pasamos a la oración y ella fue primero a mi esposa y empezó a hablar y dijo,

SOY YO EL SEÑOR EL QUE HABLA, NO EL INSTRUMENTO, LA CIUDAD DE IQUIQUE LA VOY A DESAPARECER, ANTOFAGASTA LA VOY A DESTRUIR, EL TERREMOTO VA A HACER TAN GRANDE QUE VA A LLEGAR A SANTIAGO, Y EL CENTRO DE ESTA CIUDAD SE VA A UNDIR Y MUCHA GENTE SE VA A CAER EN EL UNDIMIENTO, ESTO QUE YO LES MANDO ES PORQUE SE HAN OLVIDADO DE MI, SE HAN OLVIDADO QUE YO EXISTO, YO ESTOY DEMORANDO ESTOS JUICIOS POR QUE LES ESTOY DANDO TIEMPO A MIS HIJOS PARA QUE SALGAN DE ESOS LUGARES. 

Bueno El Señor después nos siguió hablando y nos profetizó otras cosas a mi esposa y a mi. 

Ezequiel 33 

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 

2 Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por atalaya, 

3 y él viere venir la espada sobre la tierra, y tocare trompeta y avisare al pueblo, 

4 cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no se apercibiere, y viniendo la espada lo hiriere, su sangre será sobre su cabeza. 

5 El sonido de la trompeta oyó, y no se apercibió; su sangre será sobre él; mas el que se apercibiere librará su vida. 

6 Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya. 

7 A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. 

8 Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano. 

9 Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida. 

Hermanos, esto quería compartir con Uds., porque si El Señor nos ha hablado no lo puedo callar, esto es para que nos mantengamos apercibidos y también para aquellos que todavía no están a cuenta con El Señor o no se comprometen con El. 

Para el señor que me ha dado esta oportunidad, a El tributo toda Honra, Gloria, Alabanza y que El de Ud. y de Mi tenga Misericordia. 

Amén.