Si el río suena….. porque piedras trae hermano ,esta información es de Wikipedia:

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Controversias sobre su actuación durante la dictadura
El cardenal Jorge Bergoglio ha sido señalado como sospechoso de «colaboracionismo» con la Guerra sucia llevada adelante por la dictadura cívico militar argentina entre 1976 y 1983,[44] aún cuando ninguna denuncia ha sido presentada formalmente ante la justicia argentina.[45]
En 1986, el miembro del CELS, Emilio Mignone publicó su libro Iglesia y dictadura. El papel de la iglesia a la luz de sus relaciones con el régimen militar donde se menciona la idea de que Bergoglio estaría vinculado con el secuestro del sacerdote Orlando Yorio.[46] Dicha tesis sería reflotada por el periodista argentino Horacio Verbitsky, quien publicó en 2006 el libro El silencio.[47] Bergoglio habría quitado, en su rol de provincial de los jesuitas en Argentina, la licencia eclesiástica a dos sacerdotes de su congregación (Orlando Yorio y Francisco Jalics) que trabajaban en villas miserias de Buenos Aires, los cuales posteriormente fueron secuestrados y torturados por militares argentinos.[48] A causa de ello, Verbitsky asignó responsabilidades al cardenal por este hecho y presenta cinco testimonios de curas y teólogos para intentar confirmar el rol de Bergoglio durante la dictadura en el secuestro de los sacerdotes.[49]
Los secuestros de los sacerdotes Yorio y Jalics fueron investigados en la serie de causas judiciales por delitos de lesa humanidad conocida como Megacausa ESMA y el entonces cardenal fue llamado a declarar como testigo. Tras tres llamadas de la justicia, Bergoglio aceptó declarar ante un tribunal oral en su propia oficina de cardenal primado —derecho previsto en el artículo 250 del Código Procesal Penal—, el 8 de noviembre de 2010.[50] . Allí, afirmó haberse reunido con el dictador Jorge Videla y el almirante Emilio Massera para reclamar por la vida de los curas.[48] Las acusaciones realizadas por el periodista Verbitsky no generaron ninguna imputación hacia Bergoglio ni causa pendiente.[45]
En 2010, los periodistas Francesca Ambrogetti y Sergio Rubín le preguntaron al cardenal sobre este tema en el libro El jesuita, conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio, sj. Allí, el entonces cardenal rechazó las acusaciones e indicó que, si no se había defendido antes, “fue para no hacerle el juego a nadie, no porque tuviese algo que ocultar”,[51] y narra como habría protegido a sacerdotes perseguidos durante la dictadura.[51] En la entrevista, él añade: “Hice lo que pude con la edad que tenía y las pocas relaciones con las que contaba para abogar por las personas secuestradas […] Me moví dentro de mis pocas posibilidades y mi escaso peso”.[47] Según algunas fuentes, en las vísperas del cónclave que había de elegir al sucesor de Juan Pablo II, una copia de un artículo con esta acusación fue enviada a las direcciones de correo electrónico de los cardenales electores, con el propósito de perjudicar las chances que se le otorgaban al purpurado.[51] [45]
La agrupación Madres de Plaza de Mayo manifestó, en 2007, su rechazo al actuar de parte de la Iglesia durante la dictadura, acusándola de callar “ante los crímenes aberrantes [y] que participó activamente en la tortura de nuestros hijos”. En dicha declaración, señalaron: “La que colaboró, la que nos mintió, la que nos dio la espalda es la Iglesia de Bergoglio y la derecha”.[52]
En tanto, otros referentes de la lucha contra la dictadura y la defensa de los derechos humanos han negado la participación de Bergoglio en dichos asuntos. Alicia Oliveira, expulsada de su cargo de jueza durante la dictadura, perseguida en 1976 y nombrada «defensora del pueblo de la ciudad de Buenos Aires» en 1998,[53] afirmó que Bergoglio les advirtió a los sacerdotes Jalics y Yorio del peligro que corrían y que ellos no le hicieron caso.[45] El sacerdote Guillermo Marcó señaló: «A Alicia Oliveira, (Bergoglio) la salvó de ser desaparecida por la dictadura. Y cuando (Bergoglio) se entrevistó con Videla fue a pedirle por los curas».[54] En tanto, el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel opinó tras la asunción del papa Francisco que «no tenía vínculos con la dictadura».[55]
A Bergoglio se le cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo el superior de la congregación de los jesuitas, pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes, y no se les concedía. Les decían que sí y luego no se la daban.
Adolfo Pérez Esquivel