Idealistas, Preteristas, y Futuristas

Un Estudio Bíblico por Jack Kelley

Cuando usted llega a resumirlo solamente quedan tres escuelas de pensamiento para la interpretación de la profecía. Están los idealistas, quienes interpretan la profecía de manera simbólica y no esperan que nada de ella se cumpla en sentido literal. Luego están los preteristas, quienes ven el cumplimiento total de la profecía en los eventos del pasado culminando con la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. Y después tenemos a los futuristas quienes ven el cumplimiento de la profecía en eventos que aun están por suceder. Todos los principales puntos de vista para la interpretación de la profecía calzan en uno de estos tres encabezados.

En este estudio me voy a centrar en los preteristas y futuristas porque ambos afirman interpretar la profecía en términos de un cumplimiento literal, mientras que los idealistas la tratan de manera alegórica, simbólica de la lucha en marcha entre el bien y el mal. Debido a que existen muchas opiniones entre los idealistas sobre lo que todo eso significa, siendo casi las únicas áreas de acuerdo universal que ninguna profecía va a suceder tal y como está escrita, y los “tipos buenos” son los que eventualmente van a ganar. Cuando usted lee una interpretación idealista de la profecía usted está leyendo lo que alguien desea que la Biblia diga en vez de lo que la Biblia realmente dice.

En la mayoría de los casos tanto los preteristas como los futuristas concuerdan en lo básico del Evangelio. Pero cuando se trata de la profecía es difícil imaginar cómo es que estos dos grupos se encuentren tal apartados.

Preterista viene de la palabra en latín praeter, un prefijo que define algo como que está en el pasado. Piense en el “pre” de preterista como que representa algo previo, como previo al año 71 d.C. Como un ejemplo, tomemos una de las profecías más importantes de la Biblia, la Profecía de las Setenta Semanas de Daniel (Daniel 9:24-27). Los preteristas creen que toda esa profecía ya se ha cumplido. Según la interpretación preterista, después que Jesús fue crucificado, los romanos profanaron el Templo, y el emperador romano Nerón cumplió las profecías del príncipe que vendrá, también conocido como el anticristo.

Los preteristas creen que el día del Señor se llevó a cabo en los años 68-70 d.C. con la conquista romana de Israel. El Milenio realmente fue un período de 40 años que sucedió entre los años 30-70 d.C. La Tierra durará para siempre y no habrá ningún juicio venidero ni un Rapto de la Iglesia. Y puesto que ya no hay ninguna profecía que deba cumplirse, nosotros haremos una simple transición del tiempo a la eternidad en un día que el Señor escoja.

Por otro lado, los futuristas creen que existe un espacio de tiempo entre la semana 69 y la 70 de Daniel y que toda la Semana Setenta de Daniel aun está por cumplirse. Según el punto de vista futurista el Rapto de la Iglesia, el Templo reconstruido en Israel, la Gran Tribulación, la Segunda Venida, el Milenio y el juicio del Gran Trono Blanco, aun están por suceder.

¿Cómo Puede Ser Esto?

Dios conoce el fin desde el principio y por eso es que Él siempre supo que los Israelitas rechazarían al Mesías y le abrirían la puerta a la Iglesia Gentil. Pero para poder preservar el primer derecho de rechazo de Israel referente a la oferta del Reino de Dios, toda la profecía de los tiempos finales tenía que dejar abiertas las opciones a Israel. Si Isaías o Daniel o cualquiera de los otros profetas claramente hubiesen dicho que Israel rechazaría al Mesías y así perdería el Reino, la instrucción del Señor a los discípulos de ir a predicar que “el Reino de los Cielos se ha acercado” (Mateo 10:7) no habría sido legítima.

Pero si los profetas hubiesen claramente confirmado la aceptación por parte de Israel, entonces no habría quedado ningún lugar para la Iglesia. Las profecías se dieron de tal manera que ambas posibilidades pudieran existir de manera legítima en su cumplimiento.

La manera en que se redactó la profecía de las Setenta Semanas de Daniel les permite tanto a los preteristas como a los futuristas defender su interpretación. Alguien que solamente ha escuchado la interpretación preterista puede ver cómo se ajusta a la profecía. Todos los eventos los utilizan los preteristas para apoyar su afirmación de que la Semana Setenta de Daniel realmente sucedió en el pasado. Jesús fue crucificado, los romanos realmente destruyeron la ciudad y el santuario y eso trajo el juicio sobre Israel. Usted también puede llegar a una forma del nombre de Nerón que tiene un equivalente numérico de 666.

De igual forma, alguien que solamente ha escuchado la posición futurista puede ver cómo esta también se ajusta. Cada evento que los futuristas utilizan para apoyar su afirmación de que la Semana Setenta de Daniel aun está en el futuro, también ha sucedido. De hecho ambos campos utilizan algunos de los mismos eventos históricos para apoyar sus posiciones. He aquí por qué.

Yo estoy convencido de que si los judíos hubiesen aceptado a Jesús como su Mesías para que Él muriera por sus pecados como profetizó Daniel 9:26, no habría quedado ningún espacio en la profecía de las setenta semanas. La Semana Setenta habría empezado de inmediato después de la resurrección y habría culminado con el Señor Resucitado dirigiendo Sus ejércitos en contra de Roma para restablecer el Reino a Israel y lanzar el tiempo que conocemos como el Milenio. Y las profecías de la Segunda Venida se habrían cumplido entonces. (De Hechos 1:6 nos damos cuenta de que así es como los discípulos esperaban que sucediese.)

A propósito, quienes sostienen la idea de que los judíos deben ser condenados como los que mataron a Cristo por haberlo sentenciado a muerte, no comprenden el punto. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento claramente muestran que Jesús tenía que morir por los pecados de todas las personas. Él vino por esa razón, para ser el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29). Todas las personas sabían que los corderos eran sacrificados como una ofrenda por el pecado.

Su problema con Dios no es que sentenciaran a muerte al Mesías. Su problema es que ellos rechazaron permitir que Su muerte pagara por sus pecados, y al hacerlo así consideraron Su sacrificio perfecto como si fuera inferior al de los corderos que sacrificaban y que solamente de manera temporal hacían a un lado sus pecados. Ese fue un insulto increíble a Dios lo cual que los dejó muertos en sus pecados y fuera de la comunión con Él durante casi 2000 años.

Debido a esto, Jacobo anunció que Israel estaba siendo puesto a un lado mientras el Señor tomaba un pueblo para Sí mismo de entre los gentiles. Cuando Él haya terminado de hacer eso, Él volverá a concentrarse de nuevo en Israel para así cumplir la restante Semana Setenta (Hechos 15:13-18). Esta fue la primera vez en la tierra que un espacio entre la semana 69 y la 70 de la profecía de Daniel fue revelado. Eso fue lo que dio lugar a la idea de que Dios no ha terminado con Israel y que hay muchas profecías en la Biblia que aun tienen que cumplirse. Pablo confirma lo anterior en Romanos 11:25.

Pero Esperen, Aún Hay Más

Hay otras profecías que confirman la idea de que las opciones para Israel quedaron abiertas. Por ejemplo, 750 años antes del hecho, Isaías habló sobre el Mesías venidero.

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo del SEÑOR de los ejércitos hará esto” (Isaías 9:6-7).

No hay indicación alguna de un espacio a la mitad del cumplimiento de esta profecía. En ausencia de otra información una persona racional concluiría que los dos párrafos están unidos, con el segundo inmediatamente después del primero.

De igual manera, cuando el ángel Gabriel le anunció a María la venida del Señor, él prometió que su hijo sería llamado Hijo de Dios. Se sentaría en el trono de David y reinaría sobre la casa de Jacob para siempre (Lucas 1:30-33). Gabriel no mencionó un espacio de 2.000 años entre el nacimiento del niño y Su ascensión al trono de David tampoco.

Estas dos profecías se han cumplido solamente de manera parcial. El niño nació, el hijo fue dado y Él es llamado el Hijo de Dios por muchas personas. Pero debido a que Israel lo rechazó, Él no se ha sentado en el trono de David, Él no es el Rey de Israel, y la Tierra no está experimentando la paz duradera. Al insertar un espacio entre la parte que se ha cumplido y la parte que no, ustedes pueden ver que lo que pudo haber sido el pasado para nosotros se ha vuelto futuro y el significado de la profecía permanece tan claro como lo haría sin ello.

¿Lo Puede Usted Ver?

Solamente cuando en verdad profundizamos en estas profecías con una percepción sobrenatural es que podemos ver que el punto de vista preterista requiere una desviación de la estricta traducción literal de la Biblia. Y digo que necesitamos una percepción sobrenatural porque en lo que podemos ver nadie de los eruditos judíos “vio” un espacio entre la semana 69 y la 70, dentro de la cual la Era de la Iglesia encaja tan claramente. El Apóstol Pablo fue sin lugar a dudas el intelectual mejor dotado de los escritores del Nuevo Testamento, habiendo sido educado por Gamaliel, el cual fue reverenciado como un pre-eminente erudito hebreo (Hechos 22:3). Sin embargo aun Pablo no entendió esto hasta que le fue revelado por el mismo Dios. Él dice que era un misterio y no se hizo del conocimiento de la gente en otras generaciones pasadas (Efesios 3:2-6).

Los futuristas que se adhieren a una interpretación literal de las Escrituras acusan a los preteristas de espiritualizar algunas profecías para que tengan un cumplimiento histórico. Por ejemplo, la mayoría de los preteristas se aferran a la idea de que Dios ha terminado con Israel. Ellos dicen que las profecías que los futuristas ven como que pertenecen al futuro de Israel han sido heredadas por la Iglesia y cumplidas por ella. En esto son como otras personas que abrazan la teología del re-emplazo. (La Teología del Re-emplazo es una falsa enseñanza que afirma que la Iglesia ha re-emplazado a Israel en el plan de Dios.)

Y para aquellas personas que piden evidencia de que la Segunda Venida ya sucedió, los preteristas tienen varias respuestas. Algunos dicen que las profecías de la Segunda Venida se cumplieron con la destrucción de Jerusalén y el Segundo Templo en el año 70 d.C. Eso lo basan en su creencia de que cuando Jesús dijo, “Les aseguro que no pasará esta generación hasta que todas estas cosas sucedan” (Mateo 24:34) Él estaba hablando de la gente que estaba viva en ese momento. Puesto que la frase “todas estas cosas” incluye la Segunda Venida, entonces debería haberse cumplido en el juicio que vino sobre Israel a través de la conquista romana.

Pero en el contexto del pasaje también es posible ver un cumplimiento futuro. Mateo 24:34 puede ser interpretado para que diga, “La generación que vea estas cosas cuando empiecen a suceder no pasará hasta que esas cosas hayan sucedido.” Creyendo que la segunda venida ya ha sucedido, los preteristas usan la primera interpretación de Mateo 24:34, y al creer que la Segunda Venida no ha sucedido, los futuristas usan la segunda interpretación.

Algunos preteristas dicen que mientras que el juicio de la parte de la Segunda Venida se cumplió en ese momento, la aparición real del Señor, la resurrección que la acompaña, y la reunión de Sus elegidos, aun se encuentran en nuestro futuro. (Quienes sostienen este punto de vista se llaman a sí mismos preteristas parciales.)

¿Qué Significa Todo Esto?

Entonces, en esencia, mientras que los futuristas miran hacia adelante para el cumplimiento final de la profecía bíblica, los preteristas ven hacia atrás para ver su cumplimiento en la historia. Como ustedes pueden imaginarse, mientras que haya personas que estén mirando en direcciones opuestas es casi imposible que puedan llegar a tener el mismo punto de vista.

Entonces, ¿cuál es el punto de vista más consistente con la palabra de Dios? Si usted se adhiere a la interpretación estrictamente literal de Su palabra un cuidadoso estudio de la profecía le guiará a una conclusión ineludible de que tiene que haber un espacio entre las semanas 69 y 70 de Daniel 9:24-27 y que la Era de la Iglesia llena ese espacio. No existe otra manera de hacer que todo se ajuste sin tener que reinterpretar partes de la profecía.

Por ejemplo, los preteristas tienen que asumir que lo que la Biblia llama los juicios de los tiempos finales solamente abarcan al Oriente Medio y no al mundo entero. De esa manera ellos pueden ver la caída de Jerusalén como el cumplimiento de Armagedón, las legiones romanas como los ejércitos celestiales, etc.

De igual manera ellos ven la representación del águila romana que el Rey Herodes colocó en la pared del Templo como “la abominación desoladora” de la cual habló Daniel (Daniel 9:27), a pesar de que no se ajusta a la descripción del único evento en la historia conocido con ese nombre.

En el año 168 a.C. el rey sirio Antíoco Epífanes invadió a Israel y se apoderó del Templo, utilizándolo para adorar al dios griego Zeus, y por extensión a él mismo. (El título Epífanes significa manifestación, de tal manera que en efecto Antíoco estaba declarando ser Zeus en forma humana.) Él erigió una estatua de Zeus a su propia semejanza y les exigió a los judíos adorarlo so pena de muerte. Esto hizo que el Templo dejara de ser adecuado para la adoración a Dios y por eso es que los historiadores judíos le llamaron la Abominación Desoladora. (Fuente: 1 Macabeos, Josefo, Enciclopedia Del Nuevo Mundo.)

200 años más tarde Jesús (Mateo 24:15), Pablo (2 Tesalonicenses 2:4) y Juan (Apocalipsis 13:14-15) dijeron que un evento venidero que sería similar a la descripción anterior sería la señal de que el fin de la era había llegado. Jesús aun se refirió a ese evento como la abominación desoladora. Nunca ha habido una repetición de ese evento como lo registra la historia judía. Por consiguiente, eso aun está en el futuro.

Y finalmente, para poder aplicarla a la caída de Jerusalén los preteristas tienen que fechar el Libro de Apocalipsis antes del año 70 d.C. para que se ajuste al momento del reinado de Nerón, a pesar de que las estimaciones más confiables colocan esa fecha alrededor del año 95 d.C. muchos años después de la caída de Jerusalén.

La Historia Repitiéndose A Sí Misma

Los teólogos frecuentemente hablan de un cumplimiento doble en la profecía de los tiempos finales. Ellos señalan a los cumplimientos parciales en la historia como la manera de Dios para validar que un cumplimiento total se llevará a cabo en el futuro. Esto ha demostrado ser una herramienta confiable para predecir cómo los cumplimientos de los tiempos finales se llevarán a cabo, puesto que serán una versión más completa del cumplimiento parcial que les antecede.

La abominación desoladora, o que causa desolación, es un buen ejemplo. Cuando Jesús dijo de mirar a otra abominación que vendría como una señal de que el final de la era estaba encima de nosotros Él estaba dando Su única respuesta específica a la pregunta de los discípulos, “¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?” (Mateo 24:3). Era algo que la gente que esté viva al final de la era podrá identificar confiadamente porque solamente ha sucedido una sola vez en el pasado, y los historiadores judíos la registraron con todo detalle.

Yo estoy convencido de que el otro propósito para este concepto del cumplimiento doble era para mantener abierta la opción para Israel. Si ellos hubiesen aceptado al Mesías habría habido un cumplimiento total e inmediato. Y si no, solamente habría un cumplimiento parcial con uno completo en un futuro venidero.

Yo creo que la posición preterista está edificada sobre la creencia de lo que resultó ser un cumplimiento parcial en la historia, causado por el rechazo de Israel del Mesías y que es el único cumplimiento de la profecía de los tiempos del fin por lo que ya no hay un cumplimiento completo venidero. El mantener este punto de vista requiere que los preteristas moldeen los eventos para que estos se ajusten a las profecías y en algunos casos moldeen las profecías para que estas se ajusten a los eventos. Solamente la posición futurista permanece cierta al sentido completo y literal sobre lo cual las profecías fueron escritas.

Fuente

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