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Los peligros de los transgénicos, según 16 profecías bíblicas
Los peligros de los transgénicos, según 16 profecías bíblicas.
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Los peligros de los transgénicos, según 16 profecías bíblicas
“La suerte de los transgénicos es opuesta. Los ricos van a los supermercados y compran productos orgánicos y sin transgénicos. Los pobres compran los productos relativamente baratos con transgénicos o reciben gratis la ayuda humanitaria, en particular soya y maíz transgénicos.”
San Mateo 15:13: “Toda planta que no haya plantado mi Padre Celestial, será arrancada de raíz”
Los peligros de los transgénicos, según 16 profecías bíblicas
Por Alex Dobrovolsky *
Ucrania.- Muchas personas en Europa Oriental y en la ex Unión Soviética están muy preocupadas por la rápida expansión de los transgénicos en el planeta. La modificación genética de plantas y animales representa una grave amenaza para la humanidad, advierte la Biblia en San Mateo 15:13, San Lucas 6:43—44, San Marcos 4:27, Epístola de Santiago 3:11—12, Santiago 3:15, Epístola a los Hebreos 12:15, Isaías 17:10—11, Jeremías 2:21—22, Jeremías 12:12—13, Oseas 10:4, Ezequiel 19:13—14, Jueces 9:8—15, Deuteronomio 22:9—11, Deuteronomio 32:32—34, Levítico 19:19 y Apocalipsis 2:24—25.
Además de la primitiva avidez y el deseo de sobre ganancias, los cultivos transgénicos son la consecuencia de alguna ideología. Los inventores y promotores de los transgénicos quieren edificar la Naturaleza Artificial, el Hombre Artificial y el Mundo Artificial. Así, nosotros debemos oponernos a los cultivos transgénicos por principios ideológicos y filosóficos.
Si creemos de veras que la Biblia es la Escritura de Dios y el libro más importante de todos tiempos y de todas las naciones, entonces, por lógica, Dios mediante, la Biblia debió predecir algo sobre un asunto tan importante como los transgénicos y advertir a la Humanidad sobre la amenaza de la transgenización de las plantas y de los animales también.
La profecía más evidente y la más clara sobre los transgénicos y su futura exterminación está en el Evangelio según San Mateo 15:13: Pero Él contestó y dijo: Toda planta que mi Padre Celestial no haya plantado, será desarraigada. Otra variante de San Mateo 15:13: Él les respondió: Toda planta que no haya plantado mi Padre Celestial, será arrancada de raíz.
San Mateo 15:13 en la Antigua Vulgata Latina: At ille respondens ait: Omnis plantatio, quam non plantavit Pater meus Caelestis, eradicabitur.
El hecho es que toda entidad transgénica es artificial, es decir que las plantas transgénicas no han sido creadas ni plantadas por Dios.
Los cultivos tradicionales contienen la bendición de Dios
Los cultivos tradicionales son la gracia de Dios para la vida. Al contrario, los cultivos transgénicos parecen la raíz amarga y venenosa que es capaz de brotar y contaminar a muchos, según la profecía de la Epístola a los Hebreos 12:15: Estén atentos para que nadie pierda la gracia de Dios, y para que no brote ninguna raíz amarga, la que es capaz de (dejar perplejos) y contaminar a muchos.
Otra variante de Hebreos 12:15: Estén atentos para que nadie sea desterrado de la gracia de Dios, y para que no brote ninguna raíz venenosa la que es capaz de perplejar y contaminar a muchos. Otra versión de Hebreos 12:15: Mirad bien que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios, de que ninguna raíz de amargura brotando cause dificultades y por ella muchos sean contaminados.
Hebreos 12:15 en la Antigua Vulgata Latina: Contemplantes ne quis desit gratiae Dei, ne qua radix amaritudinis sursum germinans inpediat et per illam inquinentur multi.
Los transgénicos son la invención científica más absurda y la más dañina en toda la historia de la Humanidad. Los transgénicos tienen solamente secuelas negativas en su influencia en la sociedad y en la naturaleza. Otros grandes inventos científicos y técnicos tenían y tienen ahora secuelas, tanto negativas como positivas.
Todos los grandes y famosos inventos científicos y técnicos siempre fueron y son destinados en primer lugar a los ricos y en segundo lugar a los pobres. Los transgénicos son el primero y único gran invento científico destinado en principio a los pobres.
Cuando surgió la luz eléctrica, al principio los más ricos empezaron a aprovechar las lámparas eléctricas mientras los más pobres hasta ahora no tienen electricidad en sus tugurios urbanos o en sus aldeas remotas en América Latina, Asia y Africa.
Cuando aparecieron los ferrocarriles y los trenes, los automóviles y por fin los aviones, al principio los más ricos empezaron a viajar en trenes, automóviles y aviones, mientras los más pobres hasta ahora andan a pie. Cuando aparecieron los teléfonos, los más ricos empezaron a usarlos, mientras en las chozas pobres hasta ahora los teléfonos están ausentes.
La suerte de los transgénicos es opuesta. Los ricos van a los supermercados y compran productos orgánicos y sin transgénicos. Los pobres compran los productos relativamente baratos con transgénicos o reciben gratis la ayuda humanitaria, en particular soya y maíz transgénicos.
Los ricos rechazan consumir transgénicos, destinándolos a los pobres, y esta es la señal de que los transgénicos son un fenómeno negativo y antisocial.
Casi todos los laboratorios involucrados en la creación de transgénicos están ubicados en nueve países: Estados Unidos, Canadá, Bélgica del Norte, Holanda, Alemania, Suiza, Gran Bretaña, Australia y China. Los laboratorios transgénicos del resto del mundo en el año 2012 son suplementarios, subordinados y relacionados con los laboratorios y centros científicos principales en esos nueve países.
Por lo tanto, los cultivos transgénicos vinieron desde lejos y son gajos extranjeros y ramos extraños para las naciones de América del Sur y Central, Africa, las islas remotas y la mayor parte de Europa.
Las plantas transgénicas parecen deliciosas, deleitosas y hermosas, pero su cosecha se pierde en el día funesto, según la profecía de Isaías 17:10—11: Porque tú has olvidado al Dios de tu salvación, y no te has acordado de la Roca de tu refugio. Por eso plantas plantaciones deliciosas e injertas gajos extranjeros. El mismo día que plantas, los ves crecer. Y a la mañana siguiente ves germinar tu semilla. Pero la cosecha se pierde en un día funesto, y el dolor es incurable.
Otra variante de Isaías 17:10—11: Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te acordaste de la Roca de tu refugio. Por tanto sembrarás las plantas hermosas y plantarás el ramo extraño. El día cuando las plantes, las harás crecer. Y harás que su simiente brote de mañana. Pero la cosecha será arrebatada en el día de la angustia y del dolor desesperado.
Otra traducción de Isaías 17:10—11: Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te acordaste de la Roca de tu refugio. Por tanto siembras plantas deleitosas y les injertas gajos extraños. El día que las plantes las cercarás con cuidado. Y por la mañana harás que florezca tu semilla. Pero la cosecha será un montón inservible en el día de enfermedad y de dolor incurable.
Isaías 17:10—11 en la Antigua Vulgata Latina: Quia oblita es Dei salvatoris tui, et Fortis adiutoris tui non es recordata. Propterea plantabis plantationem fidelem et germen alienum seminabis. In die plantationis tuae labrusca. Et mane semen tuum florebit. Ablata est messis in die hereditatis et dolebit graviter.
Los agrotóxicos y los transgénicos son lo malo
¿Es posible la coexistencia entre la agricultura limpia, tradicional y ecológica y la agricultura con agrotóxicos? No es posible de ninguna manera la coexistencia de las plantas tradicionales y las transgénicas. Temprano o tarde las transgénicas difundirán y expandirán su genética a las plantas tradicionales mediante la polinización casual o premeditada, o a través de la mezcla de semillas casual o premeditada. Por esto en el tamaño omniplanetario los transgénicos son mucho más peligrosos que los agrotóxicos.
La penetración de la genética de las plantas transgénicas en las tradicionales mediante la polinización o mezcla de semillas es la contaminación biológica, es el contagio genético. El campesino latinoamericano siembra maíz y soya tradicionales, pero después, contra su deseo, cosecha soya y maíz transgénicos.
El campesino siembra semillas genuinas y verdaderas de las escogidas plantas tradicionales, pero después encuentra en su campo la cosecha transgénica de la ramilla degenerada del gajo extraño por causa de la contaminación biológica.
Los creadores y promotores de los transgénicos nunca limpiarán su reputación, según la profecía de Jeremías 2:21—22: Pero yo te planté como el gajo escogido, todo ello de la semilla genuina. ¿Cómo, pues, te has vuelto delante de mí ramilla degenerada de uno gajo extraño? Aunque te laves con soda y uses mucho jabón, la mancha de tu pecado estará aún delante de mí, declara el Señor Dios.
Otra variante de Jeremías 2:21—22: Pero yo te planté como vid escogida, toda ella de simiente genuina. ¿Cómo, pues, te has vuelto delante de mí sarmiento degenerado de una vid extraña? Aunque te laves con soda y uses mucho jabón, la mancha de tu iniquidad está aún delante de mí, declara el Señor Dios.
Aún otra versión de Jeremías 2:21—22: Te planté de vid escogida, simiente verdadera toda ella. ¿Cómo, pues, te me has vuelto el sarmiento degenerado de una vid extraña? Aunque te laves con lejía y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo Jehová el Señor.
Jeremías 2:21—22 en la Antigua Vulgata Latina: Ego autem plantavi te vineam electam omne semen verum. Quomodo ergo conversa es in pravum vinea aliena? Si laveris te nitro et multiplicaveris tibi herbam borith, maculata es in iniquitate tua coram me, dicit Dominus Deus.
Por la información oficial (ISAAA y otras fuentes), en el año 2011 los transgénicos ya ocupaban 690 mil kilómetros cuadrados en Estados Unidos; 104 mil en Canadá; 303 mil en Brasil; 237 mil en Argentina; 28 mil en Paraguay; 13 mil en Uruguay; 9 mil en el oriente boliviano, 7 mil en Australia y 39 mil en China. Las plantas transgénicas son la Hierba Venenosa.
Los gobiernos y los funcionarios estatales, los latifundistas y las empresas agroindustriales en Estados Unidos, Canadá, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay concertaron la alianza o el pacto para la promoción de los productos transgénicos.
Pero en los surcos de los campos transgénicos del continente Americano ahora crece el Juicio de Dios contra la Vetusta Civilización de los Conquistadores Europeos, según la profecía de Oseas 10:4: Pronuncian palabras, juran en falso, firman alianzas. Mientras el Juicio crece como la Hierba Venenosa en los surcos de los campos.
Otra variante de Oseas 10:4: Hablan meras palabras, hacen pactos con juramentos vanos. Y el Juicio brotará como Hierbas Venenosas en los surcos del campo. Una tercera traducción de Oseas 10:4: Han hablado palabras jurando en vano al hacer pacto. Por tanto el Juicio florecerá como Ajenjo en los surcos del campo.
Oseas 10:4 en la Antigua Vulgata Latina: Loquimini verba, visionis inutilis et ferietis foedus. Et germinabit quasi Amaritudo Iudicium super sulcos agri.
Las plantas transgénicas como el maíz, el algodón y la soya devoran a toda la pampa y la jungla de Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia, desde un extremo de la tierra hasta el otro. El uso del peligroso agrotóxico glifosato aumentó en muchas veces (quizás en decenas veces) en Estados Unidos, Canadá, Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia desde el comienzo de la época transgénica en 1996 hasta 2011.
De remate, el suelo en los latifundios transgénicos será contaminado con glifosato y otros agrotóxicos, destruido y desolado por la tala excesiva de bosques y arbustos, y allí crecerá solamente la maleza y las espinas en lugar de plantas domésticas.
Los biotecnólogos y los latifundistas tendrán la vergüenza de sus pasadas cosechas transgénicas, según la profecía de Jeremías 12:12—13: Por todos los montes del desierto llegaron devastadores, porque el Señor tiene una espada que devora de un extremo a otro del país. ¡No hay paz para ningún ser viviente! Sembraron trigo y cosecharon espinas. Se han agotado sin ningún provecho. ¡Avergüéncense de sus cosechas, por el ardor de la ira del Señor!
Otra variante de Jeremías 12:12—13: Sobre todas las alturas desoladas del desierto vinieron destructores, porque la espada del Señor devora de un extremo de la tierra al otro. ¡No hay paz para nadie! Sembraron trigo y cosecharon espinos. Se han esforzado sin provecho alguno. Avergonzaos, pues, de vuestras cosechas a causa de la ardiente ira del Señor!
Aún hay otra versión de Jeremías 12:12—13: Sobre todas las alturas del desierto vinieron destruidores, porque la espada del Señor devorará desde un extremo de la tierra hasta el otro. ¡No habrá paz para ninguna carne! Sembraron el trigo y cosecharon la maleza. Tuvieron la heredad, pero no aprovecharon nada. Se avergonzarán de sus frutos a causa de la ardiente ira del Señor!
Jeremías 12:12—13 en la Antigua Vulgata Latina: Super omnes vias deserti venerunt vastatores, quia gladius Domini devoravit ab extremo terrae usque ad extremum eius. Non est pax universae carni! Seminaverunt triticum et spinas messuerunt. Hereditatem acceperunt et non eis proderit. Confundemini a fructibus vestris propter iram furoris Domini!
El trigo es uno de los alimentos más importantes del mundo. El trigo es como el cetro del rey. En los laboratorios y campos experimentales en Australia ya existe trigo transgénico resistente a la sequía para cultivarlo en la tierra árida. El trigo australiano, el maíz norteamericano y otras plantas transgénicas resistentes a la sequía son la gran amenaza para el trigo, el maíz y otras plantas tradicionales, según la profecía de Ezequiel 19:13—14:
Y ahora está plantada en el desierto, en tierra de sequedad y de aridez. Y ha salido fuego de la vara de sus ramas, que ha consumido su fruto. Y no ha quedado en ella vara fuerte para cetro de rey. Endecha es esta, y de endecha servirá.
Otra variante de Ezequiel 19:13—14: Ahora está plantada en el desierto, en la tierra reseca y sedienta. De su rama ha salido un fuego que devoró sus ramas y sus frutos. Ya no hay en ella ninguna rama vigorosa, ningún cetro de soberanos. Esta es una lamentación, y se la canta como tal.
Ezequiel 19:13—14 en la Antigua Vulgata Latina: Et nunc transplantata est in desertum in terra invia et sitienti. Et egressus est ignis de virga ramorum eius, qui fructum eius comedit. Et non fuit in ea virga fortis sceptrum dominantium. Planctus est et erit in planctum.
Los transgénicos no pueden surgir en la Naturaleza por la vía natural de ningún modo. Los transgénicos nacen solamente en los laboratorios por la vía artificial. Los transgénicos existen aunque no deben existir. Pero los transgénicos no existirán en el porvenir.
Alguna alusión sobre el fin de los transgénicos y el futuro mundo sin transgénicos está en el Evangelio según San Lucas 6:43—44: No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé frutos buenos. Cada árbol se reconoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas.
San Lucas 6:43—44 en la Antigua Vulgata Latina: Non est enim arbor bona quae facit fructus malos, neque arbor mala faciens fructum bonum. Unaquaeque enim arbor de fructu suo cognoscitur. Neque enim de spinis colligunt ficus, neque de rubo vindemiant uvam.
En el aspecto filosófico, cualquier fórmula (en matemática, física, química, biología, economía) es justa, exacta y verdadera en caso de que ella contenga alguna belleza estética y armonía intrínseca. Por analogía, cualquier invento técnico y científico es bueno y útil en caso de que contenga alguna belleza estética y armonía intrínseca, determinadas y definidas por la intuición.
Al contrario, cualquier invento técnico y científico es malo y dañoso cuando contradice a la belleza estética y no contiene la armonía intrínseca. Cada planta transgénica, con su código genético semi-sintético, se parece al agua semi-sintética dulce y amarga que emana de la misma fuente, o al agua semi-sintética dulce desde la fuente de agua salada.
Los cultivos transgénicos destruyen la belleza estética, no contienen la armonía intrínseca y por lo tanto no existirán en el futuro, según la Epístola de Santiago 3:11—12: ¿Acaso una fuente por la misma abertura echa agua dulce y amarga? ¿Acaso, hermanos míos, puede una higuera producir aceitunas, o una vid higos? Tampoco la fuente de agua salada puede producir agua dulce.
Santiago 3:11—12 en la Antigua Vulgata Latina: Numquid fons de eodem foramine emanat dulcem et amaram aquam? Numquid potest, fratres mei, ficus olivas facere, aut vitis ficus? Sic neque salsa dulcem potest facere aquam.
Las plantas naturales o tradicionales tienen su aceite, su dulzura, su fruto y su mosto como el regalo de Dios y de la Naturaleza. Al contrario, las plantas transgénicas renuncian a su aceite, a su dulzura, a su fruto y a su mosto natural. Los transgénicos renuncian al regalo de Dios y de la Naturaleza; y dejan su aceite, su dulzura, su fruto y su mosto natural.
La rápida expansión de los cultivos transgénicos desde el año 1996 se parece al fuego, según la profecía en Jueces 9:8—15: Los árboles se pusieron en camino para ungir a un rey que los gobernará. Entonces dijeron al olivo: Sé tú nuestro rey. Pero el olivo les respondió: ¿Voy a renunciar a mi aceite con el que se honra a los dioses y a los hombres para ir a mecerme por encima de los árboles? Los árboles dijeron a la higuera: Ven tú a reinar sobre nosotros. Pero la higuera les respondió: ¿Voy a renunciar a mi dulzura y a mi sabroso fruto para ir a mecerme por encima de los árboles? Los árboles le dijeron a la vid: Ven tú a reinar sobre nosotros. Pero la vid les respondió: ¿Voy a renunciar a mi mosto que alegra a los dioses y a los hombres para ir a mecerme por encima de los árboles? Entonces, todos los árboles dijeron a la zarza: Ven tú a reinar sobre nosotros. Pero la zarza respondió a los árboles: Si de veras quieren ungirme para que reine sobre ustedes, vengan a cobijarse bajo mi sombra. De lo contrario, saldrá fuego de la zarza y consumirá los cedros del Líbano.
Otra variante de Jueces 9:8—15: Una vez los árboles fueron a ungir un rey sobre ellos y dijeron al olivo: Reina sobre nosotros. Mas el olivo les respondió: ¿He de dejar mi aceite con el cual se honra a Dios y a los hombres para ir a ondear sobre los árboles? Entonces los árboles dijeron a la higuera: Ven, reina sobre nosotros. Pero la higuera les respondió: ¿He de dejar mi dulzura y mi buen fruto para ir a ondear sobre los árboles? Después los árboles dijeron a la vid: Ven tú, reina sobre nosotros. Pero la vid les respondió: ¿He de dejar mi mosto que alegra a Dios y a los hombres para ir a ondear sobre los árboles? Dijeron entonces todos los árboles a la zarza: Ven tú, reina sobre nosotros. Y la zarza dijo a los árboles: Si en verdad me ungís por rey sobre vosotros, venid y refugiaos a mi sombra. Y si no, salga fuego de la zarza y consuma los cedros del Líbano.
Jueces 9:8—15 en la Antigua Vulgata Latina: Ierunt ligna ut unguerent super se regem. Dixeruntque olivae: Impera nobis. Quae respondit: Numquid possum deserere pinguedinem meam qua et dii utuntur et homines et venire ut inter ligna promovear? Dixeruntque ligna ad arborem ficum: Veni et super nos regnum accipe. Quae respondit eis: Numquid possum deserere dulcedinem meam fructusque suavissimos et ire ut inter cetera ligna commovear? Locuta sunt quoque ligna ad vitem: Veni et impera nobis. Quae respondit: Numquid possum deserere vinum meum quod laetificat Deum et homines et inter ligna cetera commoveri? Dixeruntque omnia ligna ad ramnum: Veni et impera super nos. Quae respondit eis: Si vere me regem vobis constituitis, venite et sub mea umbra requiescite. Sin autem non, vultis egrediatur ignis de ramno et devoret cedros Libani.
Muchos europeos sentían y sienten algún rechazo interior a nivel subconsciente respecto a la Ley de Moisés (Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio y Josué también) por la incongruencia, la crueldad y el oscurantismo de su texto. Sin embargo, hay que entender la Ley de Moisés como evidente alusión a los transgénicos, los cultivos prohibidos, y también la alusión al evidente peligro de la transgenización de los animales.
Cada molécula del código genético del hombre, del animal, del pájaro, del reptil, del pez, del insecto, de la planta o de la bacteria tiene la forma de un largo hilo. La conexión de las dos moléculas distintas de los dos códigos genéticos distintos desde las dos especies diversas (por ejemplo, la conexión de la planta tradicional con la bacteria tóxica) para crear el nuevo cultivo transgénico artificial se parece visualmente a la mezcla de los dos hilos diversos (por ejemplo lana y lino) para tejer la ropa nueva, según el Deuteronomio 22:9—11:
No sembrarás tu campo con dos clases de semilla, no sea que todo el fruto de la semilla que hayas sembrado y el producto del campo queden inservibles. No ararás con buey y asno juntos. No vestirás ropa de material mezclado de lana y lino.
Otra variante del Deuteronomio 22:9—11: No sembrarás tu campo con semillas diversas, no sea que se pierda todo tanto la semilla que sembraste como el fruto del campo. No ararás con buey y con asno juntamente. No vestirás ropa de lana y lino juntamente.
Deuteronomio 22:9—11 en la Antigua Vulgata Latina: Non seres vineam tuam altero semine, ne et sementis quam sevisti et quae nascuntur ex vinea pariter sanctificentur. Non arabis in bove simul et asino. Non indueris vestimento quod ex lana linoque contextum est.
Amargas y venenosas plantas
Los cultivos transgénicos en los campos experimentales o en los campos agroindustriales están como hechizados y embrujados; son casi sagrados. En el mencionado recorte bíblico la palabra latina “sanctificentur” por el contexto latino y en el correspondiente recorte original hebraico puede significar: hechizado y embrujado o sagrado.
Entonces tenemos dos variantes del Deuteronomio 22:9—11: No sembrarás en tuya huerta otra clase de plantas, porque de lo contrario toda la cosecha será hechizada y brujeada: tanto el producto de lo que siembres como el fruto de la huerta. No ararás con un buey y un asno juntos. No vestirás ropa tejida de lana mezclada con lino.
Deuteronomio 22:9—11 con la palabra “sagrado”: No sembrarás en tu viña otra clase de plantas, porque de lo contrario toda la cosecha será sagrada: tanto el producto de lo que siembres como el fruto de la viña. No ares con un buey y un asno juntos. No vestirás ropa tejida de lana mezclada con lino.
Algo semejante dice Levítico 19:19: Mis estatutos guardaréis. No permitirás que tu ganado se aparee con animales de otra especie. Tu campo no sembrarás con mezcla de semillas. Y no te pondrás vestiduras con mezcla de diversos hilos.
Otra variante de Levítico 19:19: Ustedes observarán mis preceptos. No cruzarás tu ganado con animales de otra especie. No sembrarás en tu campo dos clases distintas de semilla. No usarás ropa confeccionada con materiales diversos.
Levítico 19:19 en la Antigua Vulgata Latina: Leges meas custodite. Iumenta tua non facies coire cum alterius generis animantibus. Agrum non seres diverso semine. Veste quae ex duobus texta est non indueris.
Los primeros animales y cultivos transgénicos (inclusive la soya, el maíz, el algodón y el tomate) fueron creados entre los años 1980 y 2000. Al adoptar a los transgénicos, la Humanidad tomó la Senda Final hacia el Apocalipsis.
Las advertencias sobre las amargas y venenosas plantas transgénicas están registradas, selladas y guardadas en los tesoros y archivos de Dios, es decir en la Biblia, de acuerdo con el Deuteronomio 32:32—34: Su viña es un retoño de la viña de Sodoma y de las plantaciones de Gomorra. Sus uvas son uvas venenosas. Sus racimos tienen un sabor amargo. Su vino es veneno de serpientes y un terrible veneno de víboras. ¿Acaso no está esto registrado y sellado en mis archivos?
Otra variante del Deuteronomio 32:32—34: Porque su gajo proviene del gajo de Sodoma y de los campos de Gomorra. Sus bayas son bayas venenosas. Sus racimos son amargos. Su jugo es veneno de serpientes y ponzoña mortal de cobras. ¿Acaso no tengo yo esto guardado conmigo y sellado en mis tesoros?
Deuteronomio 32:32—34 en la Antigua Vulgata Latina: De vinea Sodomorum vinea eorum et de suburbanis Gomorrae. Uva eorum uva fellis. Et botri amarissimi. Fel draconum vinum eorum et venenum aspidum insanabile. Honne haec condita sunt apud me et signata in thesauris meis?
El código genético es el programa o el algoritmo del desarrollo de la bacteria, de la planta, del insecto, del pez, del reptil, del pájaro, del animal o del hombre. La planta transgénica contiene la intercalación artificial y ajena en su código genético desde otra planta de otra especie, o desde algún insecto, o algún animal (inclusive peces, reptiles y pájaros), o, lo más frecuentemente, desde alguna bacteria. Así, la planta transgénica contiene el algoritmo erróneo en su código genético.
Se puede sospechar que el error global en el código genético de la planta transgénica crece en cada próxima cosecha, lo que significa la degeneración gradual. Entonces, se puede prevér el porvenir de la agricultura mundial.
Al principio, los transgénicos contaminan gradualmente mediante su código genético erróneo a las plantas tradicionales y suplantan a las tradicionales. Después, los transgénicos desaparecen totalmente por causa de la degeneración o se convierten en plantas evidentemente inservibles y tóxicas, llevando consigo a numerosas especies y subespecies (o variedades) de plantas tradicionales “a las tinieblas de afuera”.
La “Tecnología Terminator” (o la “Tecnología Exterminadora”) se basa en el rápido aumento del error en el algoritmo del código genético. Las semillas transgénicas directamente obtenidas del laboratorio o del campo experimental tienen un error pequeño en su algoritmo genético y todavía son capaces de brotar y dar cosechas en el campo comercial.
Pero las semillas de esta primera y última cosecha en el campo comercial ya tienen el error aumentado en su algoritmo genético y ya son estériles e incapaces de brotar. Se sospecha que todos los cultivos transgénicos contienen la “Tecnología Terminator”, y serían estériles y no germinarían quizás en la segunda, quinta, décima o en la centésima cosecha.
La mayoría de los transgénicos son creados y promovidos para que sean resistentes a los agrotóxicos (por ejemplo, la soya, el maíz y el algodón), o para que resistan a los insectos y a las plagas bacterianas. Al fumigar el campo con glifosato la maleza se marchita, la soya tradicional se marchita, pero la soya transgénica continúa prosperando. ¿Cómo explicar esto?
La planta transgénica resistente a los agrotóxicos contiene alguna bacteria dentro de su código genético. Tal bacteria consiste en moléculas firmes o superfirmes. Así, los transgénicos contienen sustancias con moléculas firmes. Las bacterias resistentes al glifosato usadas en la transgenización de soya, maíz y algodón de Monsanto fueron obtenidas en los tubos de ensayo de las empresas que producen agrotóxicos.
Un detalle interesante: Si el glifosato y otros fuertes agrotóxicos químicos no pueden descomponer las moléculas firmes de la planta transgénica, mucho menos el jugo gástrico y el jugo hepático del animal o del hombre podrán descomponerlas. Por lo tanto, el organismo animal o humano será incapaz de absorber los elementos y las substancias necesarias para la vida.
La primera consecuencia negativa de esto será el hambre y la desnutrición latentes, cuando el organismo nominalmente y formalmente reciba los nutrientes pero no pueda absorberlos. La segunda consecuencia negativa será la sobrecarga del estómago, del hígado y de otros órganos. Ellos producen el jugo gástrico, el jugo hepático y varios fermentos necesarios para descomponer y absorber moléculas que no pueden descomponerse.
El maíz y el algodón transgénicos resistentes a los insectos o al moho (la plaga bacteriana) contienen en sus genes el código genético de alguna bacteria tóxica. Por la presencia de tal intercalación genética, la planta transgénica produce y contiene el veneno que mata a los insectos y a la plaga bacteriana. Es evidente que ese veneno producido por la bacteria tóxica es dañino para la salud de los hombres y de los animales. Así, la soya, el maíz y el algodón transgénicos resistentes a los agrotóxicos contienen bacterias del Infierno!
Ciencia diabólica para satisfacher el capricho de un puñado de dementes
Los cultivos autotransgénicos consisten en manipulaciones transgénicas dentro de la misma especie de plantas. Los biotecnólogos hacen las copias de algún intervalo de la molécula del código genético y después introducen el intervalo copiado a otra parte de la molécula del código genético de la misma especie.
El ejemplo típico de los autotransgénicos es la manzana transgénica (o autotransgénica), creada en Canadá con el apoyo de biotecnólogos de Australia. Hicieron la copia de algún intervalo genético de la manzana, introduciéndola luego a otra parte de la molécula del código genético de la misma, todo para que el fruto transgénico no se negree al tajarlo, como ocurre con una manzana tradicional.
En otras palabras, los biotecnólogos ponen a centenas y miles de variedades de manzanas bajo el riesgo de extinción solamente para satisfacer el capricho de un pequeño grupo de consumidores norteamericanos tontosque quieren comer manzanas “árticas” eternamente blancas. La manzana tradicional o natural, al igual que la comida cotidiana de los europeos orientales, debería valer mucho más que el antojo sensual de unos cuantos dementes.
La biotecnología transgénica es la ciencia demoníaca y diabólica, según la profecía en Santiago 3:15: Semejante sabiduría no desciende de lo alto, sino que es terrenal, sensual y demoníaca. Otra variante de Santiago 3:15: Esta sabiduría no es la que viene de lo alto, sino que es terrenal, sensual y diabólica.
Santiago 3:15 en la Antigua Vulgata Latina: Non est ista sapientia desursum descendens, sed terrena, animalis, diabolica.
Todos los científicos en general y los biotecnólogos transgénicos en particular todavía saben muy poco sobre las plantas y su crecimiento desde la semilla, según la profecía en el Evangelio según San Marcos 4:27: Y duerme y se levanta de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. Otra variante de San Marcos 4:27: Sea que duerma o se levante de noche y de día, la semilla germina y va creciendo sin que él sepa cómo. Otra variante de San Marcos 4:27: Y se acuesta y se levanta de noche y de día, y la semilla brota y crece cómo él no lo sabe.
San Marcos 4:27 en la Antigua Vulgata Latina: Et dormiat et exsurgat nocte ac die, et semen germinet et increscat dum nescit ille.
Los biotecnólogos realizan manipulaciones transgénicas al azar, ignorando el algoritmo y el mecanismo del desarrollo y crecimiento de la planta a partir de la molécula del código genético. Esto es lo mismo que imaginar a un malhechor que irrumpe en alguna empresa industrial e introduce al azar un programa ajeno en el mayor computador. Como resultado, la empresa se detiene o comienza a producir mercancía defectuosa.
Cultivar plantas tradicionales o naturales y cuidarlas es una tarea encargada por Dios a la Humanidad. La gente tiene esa tarea y debe cumplirla. Al revés, las plantas transgénicas es Otra Carga Demasiada, no impuesta por Dios a la gente.
La doctrina de la comida sintética en general y de la biotecnología transgénica en particular es la doctrina de las Profundidades de Satanás en el Apocalipsis 2:24—25: Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa Doctrina y no han conocido lo que ellos llaman las Profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré Otra Carga. Pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga.
Apocalipsis 2:24—25 en la Antigua Vulgata Latina: Vobis autem dico ceteris qui Thyatirae, estis quicumque non habent Doctrinam hanc qui non cognoverunt Altitudines Satanae, quemadmodum dicunt: Non mittam super vos Aliud Pondus. Tamen id quod habetis, tenete donec veniam.
Los cultivos transgénicos son uno de los tres elementos o pilares del triángulo enterizo e integrante de los latifundios, los monocultivos y los transgénicos. Cada elemento favorece y fortalece a los otros dos. Los latifundios fomentan a los monocultivos y los transgénicos, y a su vez los monocultivos alientan a los latifundios y a los transgénicos.
En fin, los transgénicos inspiraron nueva vida al cruel sistema latifundista a partir de 1996, y a los monocultivos también. El triángulo latifundios-monocultivos-transgénicos existe en su plenitud en Paraguay: en 2011 las gigantescas plantaciones de soya transgénica ocupaban 28 mil kilómetros cuadrados del territorio paraguayo.
En el aspecto espiritual, los transgénicos son las Plantas Artificiales, no deseables para Dios, no creadas y no plantadas por Dios. Y en el aspecto biológico, toda entidad transgénica contiene la intercalación artificial, ajena y errónea dentro de la molécula de su código genético. Por lo tanto, la planta transgénica tiene el algoritmo erróneo de su desarrollo y la transgenización es el Premeditado Empeoramiento Genético.
Centenas de millones de cristianos en el planeta entero creen que la Biblia es la verdad. Sin duda, este artículo con 16 citas bíblicas debe ayudarles a entender la oscura verdad sobre los transgénicos. Los creadores y los promotores de los transgénicos quieren edificar la Comida Sintética, la Flora Sintética y la Fauna Sintética.
La triada latifundios-monocultivos-transgénicos es el enemigo principal para las sociedades de América Latina y de otros continentes también. Así, la lucha común contra este peligro debería unir a los pueblos europeos orientales y latinoamericanos.
* Geógrafo y escritor ucraniano. E-mail: bienvoeu@gmail.com
Fuente: Bolpress