Jan 5, 2011
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Qué está sucediendo ?
Reproducimos aquí la entrevista realizada al profesor Norberto Oldani, biólogo especialista en peces e Investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
Los recursos pesqueros del río Paraná están siendo afectados de diversas maneras. En estos últimos años cobró importancia la mortandad de peces del río Salado. La idea que los santafesinos y los argentinos tenemos del río Paraná, en general, es que se trata de un sistema que está siendo degradado muy lentamente; que se encuentra en buen estado y con una baja tasa de explotación. Esto es cierto, pero el río está amenazado por el uso y el abuso que se hace de la Cuenca del Plata. El Paraná es uno de los cursos de agua más intervenidos por el hombre de América Latina: aguas arriba de Yacyretá (Km. 1450) está prácticamente todo represado y convertido en una sucesión de enormes embalses. Solamente faltan construir dos grandes represas: Corpus (entre Argentina y Paraguay), aguas arriba de Yacyretá, y otra, aguas arriba de Itaipú (entre Brasil y Paraguay) y de Puerto Primavera (Brasil). Las aguas del Paraná en Brasil están contaminadas con desechos industriales y urbanos, y se da el caso de que personas que viven a orillas de embalses no las pueden utilizar. Estos habitantes viven como en un desierto, a pesar de estar a pocos metros del líquido elemento. Esta realidad, desconocida para muchos, ha sido expuesta por investigadores brasileños en Talleres y Reuniones Científicas, y sostienen que la disponibilidad de las aguas llega a producir conflictos entre las ciudades. El Prof. Norberto Oldani ha desarrollado un modelo conceptual del funcionamiento de la comunidad de peces del Sistema del río Paraná. Considera que las variaciones del nivel hidrométrico son el factor más importante, juntamente con la temperatura y la forma del valle, de la gran riqueza de especies y la enorme biomasa del sistema. P.: ¨Qué efectos causan las crecientes y bajantes del río?
R.: Las variaciones del nivel hidrométrico son un factor de selección muy fuerte debido a que controlan la abundancia de peces y estimulan los desplazamientos o migraciones (longitudinales y transversales), y también pueden llegar a inhibir la reproducción. Estos mecanismos son muy complejos de interpretar porque la magnitud de los fenómenos que nosotros apreciamos dependen del período del año en que se producen, del tiempo transcurrido desde la última gran creciente e, incluso, se pueden manifestar dos o tres años después de que se produjo el fenómeno.P.: ¨Cuánto ha cambiado el Paraná a lo largo del tiempo?
< R.: Para tener una idea dinámica de lo que estamos hablando, hay que considerar que el Paraná tiene una antigedad de más de 2 millones de años; que, en ciertos períodos, ha tenido muchísima más agua que en la actualidad, y en otros ha estado prácticamente seco. Las especies que habitan el Sistema, como respuesta a estas condiciones, desarrollaron subpoblaciones, lo que les permite a las especies dar respuestas frente a las distintas situaciones ambientales. Las condiciones actuales tienen unos mil años, y los registros hidrométricos de que disponemos para nuestros análisis datan de principios de siglo.P.: ¨En qué hidrómetro se basan? ¨Qué datos históricos conocen?
R.: En el del puerto de la ciudad de Paraná, uno de los más indicados para estos estudios porque por allí escurre el 85 % de toda el agua de la cuenca.P.: ¨Qué amplitud tienen las variaciones?
R.: Tomando como referencia medias mensuales, y años distintos, vemos que tienen una amplitud de más de 7 m. En cuanto a lo histórico, la bajante más pronunciada se registró en octubre de 1944, con -1,26 m., y la creciente máxima en julio de 1983, con 6,61 m. Las variaciones del nivel hidrométrico, normalmente, se corresponden con las de la temperatura, que tienen una amplitud de unos 17 grados. Por ejemplo, el 26 de febrero de 1981 se registraron 30ø C, y el 29 de diciembre de 1977, 28,5ø C, mientras que el 18 de junio de 1979, 12,9ø C (Drago; 1984). Por otra parte, anualmente, el pico de creciente se produce en otoño (marzo-abril), como consecuencia de las lluvias en la alta cuenca, y la bajante tiene lugar a fines de invierno y principios de primavera (agosto- octubre).P.: Sí, pero, este ciclo no es tan “regular”, ¨no?
R.: Por supuesto que no; sobre el ciclo de crecientes normales están como impresos otros, de intervalos irregulares, de crecientes extraordinarias, debido a que alcanzan niveles máximos o un período de inundación de mayor duración. Cuando se producen en verano podrían asociarse al fenómeno de “El Niño”, que está cobrando día a día más importancia por la trascendencia económica que trae aparejada. “El Niño” se manifiesta en el Océano Pacífico, frente a las costas de Perú, y produce un desorden a escala mundial; en las páginas de este diario el Ceride ha publicado una nota tratando específicamente el tema. Según un informe de 1986, este fenómeno se dio con redoblada intensidad en 1953, 1957-58, 1965, 1972-73, 1976-77 y 1982-83, y se indica con una raya en la Figura 1 que acompaña este texto. Las crecientes extraordinarias también pueden producirse en invierno (ver figura), pero debido probablemente a la latitud alcanzada por el frente frío. En inviernos rigurosos, el frente frío se desplaza más hacia el norte, y las lluvias, que se debían producir en las cuencas de los ríos Iguazú y Uruguay, tienen lugar en las nacientes del río Paraná, en el estado brasileño de Sao Paulo.P.: ¨Qué ocurre con los organismos del sistema cuando se producen estos hechos?
R.: En cuanto a los aspectos biológicos, o ecológicos, es muy importante destacar que los peces, y todos los organismos que habitan el valle aluvial, están profundamente adaptados a estas variaciones y han ajustado todas las pautas de comportamiento a estos fenómenos. Por ejemplo: el aumento sostenido de caudal induce desplazamientos longitudinales que favorecen el desarrollo de gónadas* y desencadena la reproducción; posteriormente, los peces regresan lentamente aguas abajo. Otro dato: el sábalo, la especie clave del sistema, se reproduce en el cauce de los ríos y huevos y larvas son arrastradas pasivamente aguas abajo, hasta que llegan a un área de refugio. Durante la migración, que dura 3 ó 4 días, resultan activamente depredadas por larvas y especies ictiófagas (se alimentan de peces) juveniles de, por caso, surubíes y dorados, que han desarrollado una estrategia para aprovechar este recurso.P.: ¨Y qué ocurre cuando el río baja su nivel?
R.: Cuando el río comienza a bajar, y en el puerto de Paraná (el de nuestra referencia) alcanza los 3,50 m., los peces, que están viviendo en las lagunas del valle aluvial, las abandonan masivamente. No obstante, algunas especies están adaptadas para soportar y esperar a que se restablezcan las buenas condiciones; en tanto otras, una gran mayoría, migran al cauce de los ríos. Muchísimos ejemplares de todas estas especies, de las que están adaptadas para soportar las duras condiciones, y de las otras, que no alcanzaron a llegar a los ríos, quedan aislados y expuestos a la desecación de los ambientes; cuando el aislamiento es muy prolongado, la mortandad es altísima. Este fenómeno es perfectamente natural, y Margalef (un ecólogo español muy reconocido, que ha estado aquí en Santa Fe en alugunas oportunidades) considera que las variaciones de nivel hidrométrico son un “motor activo de evolución”. Sostiene que ese fenómeno es el responsable de la gran diversidad biológica y de la enorme biomasa del sistema, debido a que permite que la energía fluya más rápido de una población a otra.Como he dicho, los peces y todos los organismos están adaptados a estos cambios, pero cuando se manifiestan las crecientes extraordinarias, todo el valle queda cubierto por agua, se pierden los límites de los subsistemas, se produce un arrastre de la materia orgánica y de la vegetación (fuente del detritus), disminuye la concentración de fitoplancton, aumenta la pérdida natural de la flora y de la fauna, y de áreas de refugio y de alimentación. Desde 1973 se observa que el nivel hidrométrico se encuentra por encima de los valores medios; después de 1983 el caudal se incrementó, en promedio, unos 600 m3/s, según un informe de integrantes del Proyecto Paraná Medio de A y E. Para tener una idea más clara de lo que estamos hablando, año a año hay cada vez más biomasa de organismos en el sistema hasta que se produce una creciente extraordinaria que virtualmente “lava” el valle y produce todos los efectos que comentamos. Posteriormente, el fenómeno vuelve a producirse. De este modo la abundancia de peces está relacionada con el tiempo transcurrido desde la última creciente extraordinaria. Lo que estamos viendo es que hay un aumento de la frecuencia de estos fenómenos extraordinarios, hecho que no da tiempo a que haya un incremento de organismos. P.: Entonces, ¨de qué murieron los peces ?
R.: La respuesta no es fácil, debido a que, en primer lugar, nosotros no estamos trabajando en el Salado, y, a medida que transcurre el tiempo, las causas son más difíciles de establecer. Sí podemos decir que pudo haberse producido alguno de los mecanismos o fenómenos que hemos descripto, y que son naturales, como, por ejemplo, una bajante muy pronunciada. Pero en el Salado, en otras oportunidades, se han producido mortandades de peces; no sé si de esta magnitud. Las explicaciones que, en otras ocasiones, dio el Ing. Federico Emiliani, del INALI, y que también se escucharon del Director de Saneamiento Ambiental, son aceptables. En la cuenca del Salado, en períodos de sequías, se produce una acumulación de materia orgánica en arroyos y en las áreas cercanas al río. Cuando llueve, toda esta materia orgánica se vuelca al cauce del Salado y otros cursos de agua, lo que consume oxígeno por su degradación. También pudieron estar presentes otros factores como metales pesados.P.: ¨Cuál sería la respuesta “sintética” a lo ocurrido?
R.: El Dr. Roberto Rodriguez propone la siguiente: falta de oxígeno debido a una bajante pronunciada y al aumento de materia orgánica y metales pesados, más pesticidas, a lo que deben añadirse temperaturas elevadas. Todo lo anteriormente mencionado a nivel de hipótesis lleva a que, según Bouck, experto internacional, se produzca en los peces una situación de stress que causa la liberación de una enzima lipolítica (que destruye tejidos grasos); esta enzima puede dosarse y dará una idea previa del estado sanitario de los peces (se podrá saber si han estado expuestos o no a un estado estresante) ya que el stress produce desórdenes que pondrían a los ejemplares en condiciones de vulnerabilidad ante la enumerada suma de factores. Obviamente, cada contaminante actuará sobre cada especie ictícola con diferente especificidad e intensidad. P.: ¨Cuál es, a su entender, el factor más “potente” y probable que produjo, en esta oportunidad, el desastre ecológico? R.: Reitero, todos los factores mencionados contribuyen en distinto grado a la mortandad, pero, a nivel de hipótesis, y según todo lo dicho previamente, el consumo de oxígeno por materia orgánica, el bajo nivel del río, elevadas temperaturas que disminuyen los gases disueltos, y el efecto “tapón”, o de atrapamiento de peces mediante “frentes letales”, serían los potenciadores de la sumatoria de factores concurrentes.P.: ¨Qué hacer en el futuro?
R.: Pensamos que las medidas a adoptar, por su transcendencia, son motivo de otra nota. Pero, como anticipo, se puede decir que las acciones coordinadas de los ciudadanos y las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales deben, en forma urgente y escalonada, ejecutar acciones preventivas y correctivas, de manera que, en el menor tiempo posible, se eliminen o minimicen las acciones depredadoras del hombre. No es sencillo; sólo hay que atreverse a pensar en grande a favor de la vida.