Dec 26, 2010

Posted by in Uncategorized | 0 Comentarios

¿Nuestro salvador JESUS nació el 25 de Diciembre?


El 25 de Diciembre no es la fecha en que Cristo nació, porque diciembre en los tiempos de Cristo era invierno, pues, cuando él nació, los pastores velaban sus rebaños en el campo. Dice Lucas 2:8 “Había pastores en aquella región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.”. Los pastores en Palestina no guardan las vigilias sobre sus rebaños durante el invierno. Siempre traen sus rebaños de las montañas a los rediles antes del 15 de Octubre. Ese detalle en primer lugar nos enseña que Jesús no nació en invierno sino en otoño.
El nacimiento de Jesús no pudo ser en diciembre, ya que las autoridades no hubieran escogido esa época del año para un empadronamiento público que requería el traslado de la población desde todos los lugares del país hacia sus pueblos natales. Las tempestades invernales de diciembre hubieran impedido el empadronamiento.
El lugar del nacimiento de Jesús fue en Belén de Judea. Belén era la ciudad natal de José a donde él viajó para ser censado con María, su mujer, la cual estaba encinta. Estando allí en Belén, se cumplieron los días de su alumbramiento como dice Lucas 2:4-6 el lugar que José quería utilizar para el nacimiento del niño estaba ocupado. El único sitio que quedaba era un pesebre o abrigo de animales. Los magos sabios de oriente no entraron a un pesebre independiente sino a una casa como dice Mateo 2:11 y la casa pudo ser de alguno de los amigos o parientes de José en Belén de Judea.
Si Cristo no nació en Diciembre, ¿Cómo llegó este día a ser parte del calendario de la Iglesia? La historia nos da la respuesta. En vez de ser este día el nacimiento de nuestro Salvador, éste era el día en que los paganos, durante muchos siglos, celebraron el nacimiento de su dios solar. Al nacimiento de Jesús se le asignó la fecha del Solsticio de invierno que cae el 25 de Diciembre según el calendario Juliano y según el calendario Egipcio cae el 6 de Enero, porque en ese día el Sol iniciaba su retorno a los cielos del norte, los adoradores de Mitra celebraban el nacimiento del sol invencible.
Entre los romanos del 17 al 23 de Diciembre se festejaba la adoración a Saturno, el dios de la agricultura. La navidad se originó en una época en que el culto al sol era popular en Roma. Las festividades dedicadas al dios-sol, fueron adaptadas por la religión “cristiana”, donde la navidad reemplazó esa festividad al sol con el nacimiento de Jesús.
Los líderes de la Iglesia apóstata en sus esfuerzos por unir el paganismo con el cristianismo hicieron el primer aniversario del nacimiento de Jesús el 25 de Diciembre del año 354 de nuestra era. En el siglo V, la mayor parte de la Iglesia Católica de Oriente ya había adoptado la fecha del 25 de diciembre como fecha del aniversario del nacimiento de Jesús y el 6 de enero lo designaron como fiesta de la Epifanía para conmemorar la manifestación de Jesús.
Los líderes de la Iglesia apostata acuñaron el nacimiento de Cristo en una fecha que armonizara con la celebración pagana del nacimiento del dios-sol. Desde el siglo V se viene observando el 25 de Diciembre como aniversario del nacimiento de Cristo que era el día de la antigua fiesta romana del solsticio de invierno.
Dice un notable escritor: ‘La época invernal era cuando todos los dioses solares, desde Osiris hasta Júpiter y Mitra, celebraban sus cumpleaños. Las celebraciones consistían en árboles de pino para Adodis, Saturno y otros que representaban el calor del nuevo nacimiento del sol en forma de fuego…” (La Rama Dorada, p. 471).
En Babilonia el cumpleaños de Tammuz era celebrado en ésta época del año con grandes fiestas, celebraciones y borracheras, igual que se celebra hoy en día. La vieja celebración se dispersó y llegó a ser una costumbre tan arraigada en la Roma y Grecia paganas en los días de los bárbaros teutónicos, como en las épocas remotas de la civilización egipcia y en todas partes este período era siempre celebrado con fiestas y regocijo (Curiosidades de Costumbres Populares, p. 242).
Cuando este festival del Invierno llegó a Roma era conocido como la Saturnalia, Saturno no era más que otro nombre de Nimrod o Tammuz, como el “Dios escondido” Esta fiesta era una época de libertinaje y borrachera cuando todas las restricciones de la ley eran puestas a un lado. Fue esta misma fiesta la que se tomó para la celebración del nacimiento de Cristo y que ha llegado hasta la presente civilización.
“Es algo conocido, afirma un escritor, que la mayoría de nuestra relación con la temporada de Navidad y las fiestas, es el de dar regalos y el sentimiento de amistad, lo cual no es más que una herencia del festival de Invierno Romano procedente de la Saturnalia, que proviene del paganismo (La Herencia de Roma, p. 242). Tertuliano menciona la práctica de intercambiar regalos en esta temporada como parte de la Saturnalia romana. Cuando este festival fue adoptado por la Iglesia Romana, también se adoptó esta costumbre.
De ese modo trataron de hallar alguna similitud entre el paganismo y la religión cristiana, se dijo que era en recuerdo de los dones que los reyes magos presentaron al niño Jesús. Pero no es así. Los magos no intercambiaron regalos entre ellos, sino que dieron sus regalos a Jesús, el nacido Rey de los Judíos. (Era una costumbre oriental el presentar regalos al estar ante un Rey). Pero estos no eran regalos de nacimiento. Cuando los magos llegaron, fue mucho después del nacimiento de Jesús. Para ésta fecha él ya vivía en su casa, (Mateo 2:9-11) y no en el establo. Obviamente, los regalos de los magos no eran regalos “navideños”.
No tenemos espacio suficiente para tratar sobre todas las costumbres navideñas como Santa Claus, y el comercialismo que se opera en esta temporada, pero vemos que todo ello está falto de fundamento bíblico y claramente identifica nuestras costumbres de hoy con las de la Saturnalia de la Roma pagana.
Finalmente, para concluir con las costumbres de la temporada “navideña” mencionaremos el árbol de Navidad. Una fábula Babilónica decía que Semiramis, la madre de Tammuz, afirmaba que durante una noche, un árbol verde se desarrolló de un tronco muerto. El tronco supuestamente representaba a su esposo muerto, Nimrod, ¡Y el árbol de pino llegó a ser el símbolo de que Nimrod había revivido en la persona de Tammuz! La idea se propagó y se desarrolló tanto que muchas naciones tienen sus propias leyendas de árboles sagrados. Entre los Druídas, los Egipcios, los Romanos (los cuales adornaban sus árboles con cerezas rojas durante la Saturnalia) los Escandinavos y muchos más. Y al igual que otros ritos paganos, fueron absorbidos por el “cristianismo”. Así mismo lo fue el uso del árbol de Navidad, el cual recapitula la idea del culto con sus esferas brillantes en símbolo del sol…y todas las festividades del Invierno pagano han sido incorporadas al día de la Navidad. En no menos de diez referencias bíblicas, el árbol verde es asociado con idolatría y culto falso (Deut. 12:2; 1ª Rey. 14:23; 2ª Rey. 16:4; 17:10; Eze. 6:13 etc.).
Naturalmente las gentes de la época de Ezequiel, como lo indica el contenido de este pasaje estaban realmente haciendo un ídolo del leño. No queremos decir que en nuestros tiempos la gente ponga el árbol de Navidad en sus hogares o iglesias para ‘adorar’ a un árbol. Lo que estamos diciendo es que el uso del árbol de Navidad es claramente algo traído del paganismo en una forma modificada. Pero cualquiera que sea la diferencia entre el viejo uso del árbol y las costumbres del presente, nadie puede negar que las costumbres son cosas de los hombres y Dios dice: “Las costumbres de los pueblos son vanidad” (Jeremías 10:3), sin valor vacías, no añaden poder al verdadero culto.
De manera que como Cristo comenzó su ministerio a la edad de 30 años y esto era en Otoño, 30 años atrás marcaría su nacimiento en dicha estación del año y no en el Invierno. Aunque las Escrituras no indican la fecha exacta del nacimiento de Jesús, hay medio para averiguar la fecha aproximada del nacimiento de Juan el Bautista y como Juan nació 6 meses antes de Cristo, al comparar ambas fechas podemos darnos cuenta de la fecha aproximada en que nació Jesús. Zacarías el padre de Juan, era sacerdote en el templo de Jerusalén. En aquella época cada sacerdote tenía un tiempo definido del año en que servía en el templo. Había 24 cursos de servicio durante el año. Los nombres de estos cursos son dados en 1a.de Crónicas 24:7-19.
De acuerdo a Josefo (escritor judío, en su libro Antigüedades de los Judíos, vol. 7, p.7, 14). Cada uno de aquellos cursos duraba una semana; la primera semana comenzaba en el primer mes, Nisán (Ester 3:7), al principio de la Primavera. Después de 6 meses, ese orden de cursos era repetido para que cada sacerdote pudiera servir dos veces al año durante una semana. Entonces tres semanas del año todos los sacerdotes servían juntamente durante el período de la Pascua, Pentecostés y la Fiesta de los Tabernáculos.
Con estos datos como fundamento, notemos que curso era el que Zacarías servía entonces: (Lucas 1:5-13). “En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abdías.… Aconteció que, cuando Zacarías ejercía el sacerdocio delante de Dios, en el turno de su clase, conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó por sorteo entrar en el templo del Señor para quemar el incienso… Entonces el ángel del Señor se le apareció, puesto de pie a la derecha del altar del incienso. Zacarías se turbó cuando le vio, y el temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: –¡No temas, Zacarías! Porque tu oración ha sido atendida. Tu esposa Elizabeth te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.” ¿En que época del año ejercía Zacarías la clase de Abías? De acuerdo con 1a.Crónicas 14:10, la clase de Abdías era la octava en orden. Es decir, la fecha era entre Iyar 27 y Siván 5; o sea, del 1o. al 8 de Junio. Después de su servicio semanal en el templo, Zacarías fue obligado a permanecer otra semana porque a la siguiente era Pentecostés.
Pero tan pronto como cumplió su ministerio, regresó a su casa en los montes de Judea, aproximadamente a 50 kilómetros al sur de Jerusalén; y su esposa concibió (Lucas 1:23, 24), esto fue aproximadamente a mediados de Junio; al añadir 9 meses a esto, llegamos a una fecha aproximada del nacimiento de Juan. De acuerdo a esto Juan nació al principio de la Primavera (en Marzo). Puesto que Jesús era 6 meses menor que Juan (Lucas 1:26,36) simplemente añadimos este tiempo a la fecha en que Juan nació a mediados de Septiembre. Como podemos ver, nuestro Señor nació en el Otoño y no el 25 de Diciembre.
Otra prueba de esta conclusión la tenemos en el hecho de que cuando Jesús nació, José y María habían ido a Belén a empadronarse (Lucas 2:1-50). No hay registros que indiquen que este período fuese en Invierno, ni motivo alguno para creer como hemos leído muchas veces en comentarios sobre Navidad, que el empadronamiento había causado la aglomeración de extranjeros que no permitió a José y María encontrar lugar en el mesón. No hay ninguna razón para creer que fuesen tanto los judíos originarios de Belén radicados en estas poblaciones pues todos los judíos se hallaban unidos a las tierras de sus antepasados. José tuvo que hacerlo por causa de la persecución de Herodes contra el niño Jesús. ¿Qué causaría, pues, la aglomeración? Lo más probable es que fuera la fiesta anual de Otoño a la que José y María solían concurrir como buenos judíos y aunque esta vez tenían razón para abstenerse, dado el estado de María, no pudieron hacerlo por coincidir con la nota real del empadronamiento “cada cual en la ciudad donde era nacido” (Lucas 2:1).
Jerusalén era normalmente una población de 120,000 habitantes, pero según Josefo, durante las fiestas algunas veces se reunían hasta dos millones de judíos. Con tan grandes multitudes la gente que venía a las fiestas, no solamente se llenaba Jerusalén, sino que también la aldea de Belén, situada a sólo 8 km. al sur. Esto era al final de la siembra. Todo esto y la evidencia dada anteriormente, indican que el nacimiento de Cristo fue en el Otoño y no el 25 de Diciembre. Lo mas notable de todo esto, es que hace dos mil diez años nació Jesús el salvador del mundo, para que todo aquel que en el cree, no se pierda más tenga vida eterna.
Fuente: http://pastorcristiano.com/modules.php?name=News&file=article&sid=863

El propósito del nacimiento de Jesús

“Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Mateo 1:21
Sin lugar a dudas el nacimiento de Jesús significaba la esperanza de la humanidad para encontrar al fin un perdón de los pecados que les permitiera alcanzar la gloria eterna. Con esto se dejaba atrás una ley que le hacia ver al hombre lo difícil que era no pecar y se abría un nuevo periodo llamado: “Periodo de Gracia”, del cual hoy en día gozamos.
Cuando el Ángel se le presenta a José le hace ver la importancia de que se mantuviera con María, pues este estaba pensando en dejarla para no deshonrarla. Pero el Ángel le hizo ver el propósito por el cual María había sido escogida de entre millones de mujeres, este propósito era la salvación de la humanidad.
El nacimiento de Jesús trae consigo un propósito muy lindo, del cual muchos ya fuimos participes y lo concretaremos muy pronto en el cielo, al pasar una eternidad con nuestro Señor y Salvador.
Si el propósito de que Jesús naciera era la Salvación de los pueblos, ¿Por qué hay muchos que aun no lo reconocen?, la verdad es que el enemigo les ha segado el entendimiento para que no les resplandezca la luz del evangelio.
Pero hoy en día, todos aquellos que ya recibimos esa luz y que creemos firmemente en ese propósito con el cual nació, tenemos la tarea de llevar esa palabra a las demás personas, tratando de hacerles entender el propósito por el cual Jesús vino a la tierra.
Que esta época sirva como una oportunidad para que nosotros prediquemos de su Palabra, para que enseñemos el verdadero propósito por el que nació, que les hagamos entender que las fiestas que se hacen en este tiempo, nada mas son algo secundario, que el primer objetivo del nacimiento de Jesús es la salvación de los pueblo y si realmente queremos hacer valer ese nacimiento, tenemos que entregarle nuestra vida, para que ese propósito se cumpla.
Realmente el enemigo siempre ha querido distorsionar los propósitos de Dios para con nuestra vida, pero es hora que nos paremos firmes, leamos su Palabra y entendamos que los propósitos de Dios son llenos de amor y salvación para la humanidad, que nosotros como luz del mundo podamos quitar vendas de los ojos y mas allá de cualquier fiesta secundaria podamos entender cual fue el principal propósito de la venida de Jesús, esto es: La Salvación de los Pueblos.

Ilzar

Leave a Reply