Dios les Bendiga Amados hermanos de ElRegresa.net. Soy el hermano David Abner Hoy 13/1/2016 vengo a contarles este sueño que tuve esta misma noche. Sueño que no podía dejarlo pasar, ya que fue muy impactante y revelador. Fue tan hermoso que solo las palabras deben hablar. Estaba leyendo esta noticia:  http://antesdelfin.com/noticias3/noticias-adf-bodas-espagueti-volador.html y quede muy impactado por como los ateos están creciendo número y muy triste, no se podía nada más que soltar una lágrima por como ellos toman la verdad de la Biblia y como lo están haciendo; esto me recuerda a Pedro: ”sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias” y esta, no puede ser mas que el cumplimiento de esa misma y sola profecía. No espere un sueño o visión ni nada por el estilo cuando me fui a acostar, pero el Señor me sorprendió a mi. El sueño que tuve fue el siguiente:

Recuerdo que era de noche y estaba en una avenida que yo conozco, se bien cual es, y estaba en medio de la misma, no pasaba ningún vehículo de hecho, no había nada todo estaba vacio, a excepción de mi, el lugar, el frío de la noche y una mujer mayor, delgada (pude ver las facciones de su cara perfectamente) que estaba parada mirando al cielo, contemplando las estrellas. Me le acerque a la mujer y recuerdo que yo le estaba predicando pero esta mujer era atea, ella usaba el cielo estrellado para tratar de probar la inexistencia de Dios, recuerdo que sus argumentos se basaban en ello, y discutíamos. Mientras la discusión seguía yo miré al cielo y ví que en el gran vasto cielo nocturno junto con las estrellas, habían sobe nosotros una gran multitud de formar raras.

Eran blancas y transparentes y tenían algo así como forma de alas. Estas figuras se fundían con el cielo nocturno y emanaban un brillo que ofrecía un espectáculo maravilloso. Estas parecían tener vida, había miles de millares de éstas como contemplando lo que sucedía abajo, la conversación mía y de la mujer. Ella no podía ver nada de esto solo yo podía y recuerdo que en el punto más ardiente de la discusión yo quise llorar por ver como una un alma estaba tan perdida y alejada de Dios muy una sensación de un pesar inmenso y muy muy dolorosa. Recuerdo que mire al cielo y exclamé: ”Señor, abre sus ojos para vea”. En ese instante, oí un gran cántico que venía del cielo, hermoso, bellísimo, inigualable que se oía por todas partes, era tan grande y tan sublime parecía que millones y millones de voces lo entonaban.

Mi corazón en ese momento estaba ensaltado de alegría y una sensación de felicidad y bienestar sacudió mi alma. el canto era majestuoso que sentí como si podía tocar el cielo, me sentí tan cerca del cielo, tan cerca de Dios, mis labios se intentaban moverse, querían entonar aquel cántico pero no podían.  Me volví a la mujer y le pregunté muy emocionado, casi gritando: ”¿Los oyes? Ella, que estaba mirando al cielo, volteo hacia mi con un gran sonrisa y llena de felicidad dijo: ”¡Si, los oigo también!” parecía que aquella conversación había quedado en el olvido ahora solo mirábamos hacia el cielo con una gran sonrisa en nuestros rostros y llenos de la más pura felicidad.

No me percaté en ese momento pero las voces provenían de las millones de millones de figuras que estaban en el cielo y volaban sobre nosotros. Eran ángeles, no lo dudo, lo creo. También vi como una enorme agujero en forma de círculo o espiral se abría en el cielo ver una parte del cielo. Yo lo ví. Déjame decirte que fue muy real, era de un blanco brillante y iluminaba todo sobre nosotros y todos los ángeles entraban sobre lo que estaba detrás de lo que se podía ver en el centro del círculo, ¡La puerta del cielo! dije, y en efecto así era. No recuerdo exactamente que era lo que se mostraba pero sé que era el cielo y más porque de allí salio una voz grande y poderosa, me hace recordar a nuestro hermano Juan: ”Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo:

“Sube acá”. Esta gran voz es la voz de Dios. Lo sé, lo sentí. Tanto yo como la mujer oímos que fue lo que dijo: ”Sed convertidos ahora, porque pronto será tarde”. Lo dijo con tanto poder, tanta seriedad, con tanta urgencia en lo de ”tarde” no había duda alguna: Era un mensaje de parte de Dios. Luego oímos que volvío a decir algo hacia nosotros: ”Suban conmigo” y de repente, nos elevamos a toda velocidad he íbamos en dirección hacia lo que había tras ese portal en el cielo. Mientras subíamos seguíamos escuchando: ‘‘Sed convertidos ahora, porque pronto será tarde” ”será tarde, será tarde” lo último que recuerdo fue que entramos por ese portal y salte a otra escena. Era el tiempo del la tribulación. Me veía por los aires en una ciudad y veía como perseguían a los cristianos para maltratarlos y hacerles daño.

Ví muchos correr por doquier buscando amparo pero no podían escapar, los atrapaban. Luego salté de nuevo a otra escena. Me vi con un grupo de personas, también predicando y trataba de llevar al arrepentimiento a dos personas en particular, que parecían ser los líderes de el grupo de personas que había en aquel lugar.  Estos también eran ateos. Y de nuevo se repetía la misma ocasión anterior. Discutíamos y trataba de convercerles pero todo era en vano, estos eran diferentes a la mujer de que había visto anteriormente. Aunque, luego mire al cielo y dije: ‘Señor, abre sus ojos para vea” y de repente, en un segundo estas dos personas voltearon hacia mi mirándome sonriendo y alegres y felices. Habían conocido a Dios. Salté a otra escena. Ví una gran y enorme edificanción gris que se alzaba con grandeza y vi una estatua de una mujer en representación de una diosa griega (no sé cual era) y también vi y oí algo me que horrorizó. A la derecha y la izquierda habían dos estatuas de dos caras de hombre que eran diferentes una de las otras.

Vi perfectamente las características faciales de cada una y eran diferentes. Oí una voz, era diferente a la voz de Dios que había oído en la ocasión anterior y recuerdo que decía potentemente y en gran alcance: ”Los representantes de la Europa Occidental y Oriental-Rusa”. Luego vi hacia abajo (ya que estaba flotando en el aire enfrente de esa edificación que parecía un gran monumento) como muchas personas entraban por una puerta a esta edficación. Parecía como una confederación, o algo así. Un pensamiento me llegó a la mente. Unas palabras retumbaron en mi: ”Uno de ellos es el anticristo”.  Hasta aquí el sueño que tuve. 

Hermanos hubieron cosas mas que ocurrieron en el sueño, y oi mas cosas, pero no los  recuerdo muy bien, cuando lo haga les haré saber. Dios les bendiga.

Cristo viene.